Creemos en La Salvación por medio de Jesucristo
La salvación es la liberación de la muerte espiritual y de la esclavitud del pecado. Dios da salvación a todo el que cree en
Él y acepta su oferta gratuita de perdón. La única esperanza de redención de la humanidad del estado caído de pecado es mediante
la sangre de Jesucristo, el Hijo de Dios—sangre que fue derramada al morir Jesús en la cruz. [El relato de la crucifixión es
hecho por cuatro de sus contemporáneos: Mateo (capítulo 27), Marcos (capítulo 15), Lucas (capítulo 23), y Juan (capítulo 19).]
(Lucas 24:47; Juan 3:3,16,17; Romanos 8:16; 10:13-15; Efesios 2:8,9; 4:24; Tito 2:11-12; 3:5-7)
Creemos en La Sanidad Divina
La sanidad divina es una parte integral del evangelio. La liberación de la enfermedad fue provista en la expiación, y es el privilegio de todos los creyentes. (Isaías 53:4,5; Mateo 8:16,17; Santiago 5:14-16)
Creemos en El Bautismo en el Espíritu Santo
Todos los creyentes pueden recibir el bautismo en el Espíritu Santo, y por tanto, deben esperar y buscar ardientemente la promesa del
Padre, según el mandato de nuestro Señor Jesucristo. Esa fue la experiencia normal de todos los cristianos de la iglesia cristiana primitiva.
Con esta experiencia viene la provisión de poder para la vida cristiana victoriosa y para un servicio productivo. También provee de dones
espirituales específicos para un ministerio más efectivo. El bautismo de los cristianos en el Espíritu Santo está acompañado de la evidencia
física inicial de hablar en otras lenguas (lenguas no aprendidas) según el Espíritu les concede expresarse.
(Lucas 24:49; Hechos 1:4,8; 2:4; 8:12-17; 10:44-46; 11:14-16; 15:7-9; 1 Corintios 12:1-31)
La Segunda Venida de Cristo
Todos los cristianos que han fallecido un día se levantarán de sus tumbas y se reunirán con el Señor en el aire. Los cristianos que no hayan
muerto serán arrebatados junto con aquellos para estar con el Señor. Entonces los cristianos de todas las edades vivirán para siempre con el
Señor. La verdad bíblica del inminente regreso del Señor es "la esperanza bienaventurada". (Romanos 8:23; 1 Corintios 15:51-52;
1 Tesalonicenses 4:16-17; Tito 2:13)
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